Los bronceadores e iluminadores se han puesto de moda en los últimos, ya que su uso se ha extendido a usar técnicas para destacar con trucos los rasgos que más te gustan de tu rostro.
En el caso del iluminador, aplícalo con una técnica como el strobing, que es dar toques de luz estratégicamente en zonas del rostro para dar la dimensión y definición deseada, algunos efectos que pueden lograrse son:
- Incrementar la distancia entre los ojos
- Cambiar la impresión de ojos hundidos
- Aumentar la distancia entre la nariz y los labios.
Las zonas más comunes para aplicar el iluminador son: la parte superior de los pómulos, el lagrimal, el hueso debajo de las cejas, la punta de la nariz y la barbilla.
Los mejores tips para aplicarlo es hacerlo en la luz natural para alcanzar el efecto deseado, usa el tono indicado para tu piel, pues hay iluminadores desde blancos hasta dorados, si lo aplicas bajo la ceja se recomienda hacerlo en el párpado fijo pues en el móvil puede dar el efecto de párpado caído.
En el caso del bronceador, existen muchos acabados como satinado, mate, brillante, etc.
Si quieres un look natural, el bronceador satinado es el ideal. Se recomienda elegir un tono dorado que vaya de acuerdo a nuestra piel.
Para aplicarlo el consejo es cargar la brocha, quitar el exceso y dar golpecitos en las zonas a destacar según el efecto que se busque.
Las zonas de aplicación más comunes son alrededor de la cara, cerca del nacimiento del cabello, debajo de la mandíbula, bajando por la sien, sobre el pómulo o incluso sobre el cuello. Uno de los usos más comunes es para contornear la nariz aplicándolo en los costados para hacerla ver más fina.